Clima

 La temperatura más baja del mundo, -88,3 °C, fue registrada el 24 de agosto de 1960, en la estación Vostok. Fuertes vientos azotan el continente; en el interior se han registrado vientos de hasta 320 km/h. Estos soplan en pendiente desde el interior hacia la costa y, combinados con las bajas temperaturas, crean peligrosas ráfagas de viento helado.

Se pueden distinguir tres regiones climáticas en la Antártida.

El interior se caracteriza por un frío extremo y ligeras nevadas; las zonas costeras experimentan temperaturas algo más suaves y niveles de precipitaciones mucho más altos, y la península Antártica tiene un clima mucho más cálido y húmedo en el que son habituales las temperaturas sobre cero.

La Antártida se puede definir como un auténtico desierto; en el interior la media de precipitaciones anuales (en forma de lluvia) es de sólo 50 mm. Sin embargo, a menudo hay furiosos vientos que recogen nieve previamente depositada y la trasladan de un lugar a otro. Las precipitaciones anuales son mucho más abundantes en la costa, donde alcanzan unos 380 mm de agua de lluvia. Aquí hay fuertes nevadas cuando los ciclones recogen la humedad de los mares de alrededor; esta humedad se hiela y se deposita en forma de nieve sobre las zonas costeras. En la península Antártica, especialmente en el extremo norte, la lluvia es tan común como la nieve.

El interior de la Antártida tiene día perpetuo durante el verano del hemisferio sur y oscuridad durante el invierno. En las zonas costeras, más al norte, hay largos periodos de insolación durante el verano, pero durante gran parte del resto del año se suceden los amaneceres y anocheceres.